Etimológicamente, la palabra cenote procede de la voz maya dz'onot, tzonot o Ts'onot que significa sagrado, en clara referencia al uso que los mayas hacían de los cenotes como lugares sagrados y de sacrificio en su compleja cosmología.
Los cenotes son estructuras geomorfológicas típicas de las plataformas calizas de la península de Yucatán y la península de Florida. Hay cenotes muy similares en las llanuras de Nullarbor, al norte de la Gran Bahía australiana y, también en las Bahamas, en donde se les conoce como blue holes ó “agujeros azules”.
El color del agua usualmente es turquesa aunque en algunos es de un tono verdoso. Se estima que en el Yucatán existen más de 3000 distribuidos en todo el territorio. De ellos hay localizados y cartografiados total o parcialmente unos 1400, siendo los más conocidos, los de Chichen Itzá, el de Zaci en Valladolid (México), así como el de X'keken en las cercanías de Valladolid (México).
En la actualidad, los cenotes son usados principalmente para actividades de recreo como nadar o el buceo. En la antigüedad fueron reservas de agua para los mayas y también se realizaban actos rituales como ceremonias y sacrificios. En efecto, los depósitos descubiertos por arqueólogos y espeleólogos subacuáticos indican que en tiempos prehispánicos se sacrificaban doncellas, lanzándolas a las aguas, ataviadas con finos ropajes y joyas.
Son formaciones subterráneas de caliza, rellenas de agua que, por la erosión, suelen tener mucha profundidad. Suele haber muchos peces, pero debido a la escasa cantidad de luz que entra del exterior, éstos tienen una visión muy reducida.
Los cenotes son lugares muy atractivos para bañarse. En muchos se cobra la entrada (unos 60 pesos mexicanos, 3,86 euros), y éstos suelen estar muy bien acondicionados, con escaleras para acceder al recinto y plataformas para tirarse (aventarse) al agua.
Cinco estudiantes de la Universidad de Málaga, que están de intercambio en Cancún, en el cenote de Ik Kil, en la península de Yucatán.Este sitio se encuentra muy cerca de Chichén Itzá, una de las nuevas siete maravillas del mundo.