sábado, 27 de octubre de 2007

Los cenotes de Yucatán

Me han preguntado muchas veces qué es un cenote, sobre todo después de la excursión que hicimos a Chichen-Itzá. De forma muy simple, trataré de explicarlo con la ayuda de Wikipedia.


Etimológicamente, la palabra cenote procede de la voz maya dz'onot, tzonot o Ts'onot que significa sagrado, en clara referencia al uso que los mayas hacían de los cenotes como lugares sagrados y de sacrificio en su compleja cosmología.

Los cenotes son estructuras geomorfológicas típicas de las plataformas calizas de la península de Yucatán y la península de Florida. Hay cenotes muy similares en las llanuras de Nullarbor, al norte de la Gran Bahía australiana y, también en las Bahamas, en donde se les conoce como blue holes ó “agujeros azules”.

El color del agua usualmente es turquesa aunque en algunos es de un tono verdoso. Se estima que en el Yucatán existen más de 3000 distribuidos en todo el territorio. De ellos hay localizados y cartografiados total o parcialmente unos 1400, siendo los más conocidos, los de Chichen Itzá, el de Zaci en Valladolid (México), así como el de X'keken en las cercanías de Valladolid (México).

En la actualidad, los cenotes son usados principalmente para actividades de recreo como nadar o el buceo. En la antigüedad fueron reservas de agua para los mayas y también se realizaban actos rituales como ceremonias y sacrificios. En efecto, los depósitos descubiertos por arqueólogos y espeleólogos subacuáticos indican que en tiempos prehispánicos se sacrificaban doncellas, lanzándolas a las aguas, ataviadas con finos ropajes y joyas.

Son formaciones subterráneas de caliza, rellenas de agua que, por la erosión, suelen tener mucha profundidad. Suele haber muchos peces, pero debido a la escasa cantidad de luz que entra del exterior, éstos tienen una visión muy reducida.

Los cenotes son lugares muy atractivos para bañarse. En muchos se cobra la entrada (unos 60 pesos mexicanos, 3,86 euros), y éstos suelen estar muy bien acondicionados, con escaleras para acceder al recinto y plataformas para tirarse (aventarse) al agua.


Cinco estudiantes de la Universidad de Málaga, que están de intercambio en Cancún, en el cenote de Ik Kil, en la península de Yucatán.Este sitio se encuentra muy cerca de Chichén Itzá, una de las nuevas siete maravillas del mundo.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Villyca, qué pequeña

Lo mejor que me pasó cuando trabajé en el cine fue conocerte. Aunque allí tuviste algunos problemillas al principio, terminaste por convertirte en unas de las mejores trabajadoras que pasaron por allí. De hecho, cuando apenas de conocía, una noche de marcha, tuvimos tú y yo un pequeño malentendido.

Pero de eso hace ya unos dos años, y desde entonces, no recuerdo ni un mal momento a tu lado. Nuestra amistad no se quedó en el cine. Hemos salido de excursión a Granada, a Sevilla, a Madrid, a Alhaurín el Grande, y no sé cuántos sitios más. Las fiestas se han sucedido con mucha frecuencia, por Málaga, Torremolinos y muchos más sitios. Has venido a la feria de mi pueblo; y en la de la ciudad hemos desgastado las casetas. También salimos mucho a comer, o al cine. Y cuando hemos querido un plan más tranquilo, nos hemos quedado en Teatinos o en tu campito.

La cuestión es que contigo siempre me he sentido muy a gusto, y nunca me he cansado de estar a tu lado. Sabes regalar mucho amor, y a mi me encanta recibirlo.

Deseo que llegue el momento de volverte a abrazar, pequeña. Te quiero y te echo de menos, Villyca.

martes, 16 de octubre de 2007

Bicicletas para Agua Azul


Me he levantado a las 6.30 para ir a un colegio de secundaria en Agua Azul, a tres cuartos de hora de Cancún. El viaje, que me lo ofrecieron los compañeros de la carrera de Ingeniería de la Universidad de La Salle, tenía como finalidad regalar bicicletas para que los niños y las niñas de los pueblos cercanos pudieran ir a clase sin tener que caminar más de diez kilómetros cada día.

A estas poblaciones rurales, situadas en llanos abiertos en la selva, se accede por puros caminos de tierra, sin asfaltar, y llenos de baches. Cuando hemos llegado al colegio, los niños y los profesores se han mostrado muy agradecidos por los regalos. Ha sido un total de catorce bicicletas nuevas. Una vez allí, algunas madres de los alumnos nos han pedido que las acerquemos a Comunidad Juarez, el pueblo desde el que caminan muchos de los estudiantes (hay algunos que llegan en viejas bicicletas que dejan tiradas en la entrada de la escuela, junto al camino y frente a la selva).

En Comunidad Juarez no hay sistemas de drenaje ni de agua potable. En el centro de la población hay un pozo del que las mujeres sacan agua cada día. Los chiles rojos se secan en la cancha de baloncesto, en el suelo (piso). Los niños andan descalzos por la calle. Todos, grandes y chicos, hablan maya. Las mujeres se ocupan del cuidado del hogar mientras los hombres trabajan en la ciudad durante la semana.

De regreso hemos parado para tomar un desayuno en Leona Vicario, un pueblo un poco más grande que los otros, pero que aún así es muy pequeño y carece de muchos de los servicios que se pueden encontrar en la ciudad. Al menos sí cuenta con los típicos quioscos de comida rápida que hay por esta zona. Hemos comido nieve de coco (una tarrina de helado de nieve, con coco pero sin leche, todo batido) y torta de cochinita (bocadillo de carne de cerdo, la cual se cuece enterrada durante la noche). La gastronomía mexicana es deliciosa.

A las 13 ya estábamos de nuevo en Cancún.


jueves, 4 de octubre de 2007

Rincón de Laura



Cuatro son los años que han pasado desde que te conocí, Laura. Pero muchísimos más han sido los momentos que hemos vivido juntos, y las risas que hemos compartido.

Este curso no voy a poder hacer dibujitos en tu agenda. Ni escribirte ahí frases tontas para que no las olvides. Tampoco voy a poder compartir el pupitre de la clase contigo, ni desatender a las explicaciones de los profesores por estar de cotilleo contigo. Echo de menos las charlas en la cafetería de la facultad, lo mismo para contarnos todo tipo de intimidades, como para hacer burlas de toda la gente que se pasea por allí.

Quiero volver a ir a tapear contigo. Y a salir de fiesta, como hace dos años hacíamos tanto. Hemos estado a muchos kilómetros de distancia en dos ocasiones: en tu Erasmus en Italia, y ahora que estoy yo de intercambio en México. Pero pronto tendremos que recuperar el tiempo perdido.

Oggi ho desiderio di Laura.