miércoles, 7 de marzo de 2007

Mil y una noches (I)



El sueño se ha acabado. Hemos vuelto del viaje de fin de carrera a Turquía, y ahora toca volver a la rutina del trabajo, los estudios y la realidad. Me apetece hablar del país que hemos conocido esta semana, y lo voy a ir haciendo en sucesivos días con nuevas entradas. Procuraré contar curiosidades e ilustrarlas con fotografías.

Hoy tan sólo mostraré una que tomé en la terraza del hotel Hali, donde nos hospedamos en Estambul. Está muy bien situado, muy cerca de una parada del tranvía y de los restaurantes más típicos de la ciudad, en la parte antigua. Hay un baño turco muy cerca, que no pude probar; y el Gran Bazar está a pocas calles de nuestro alojamiento.

La primera fotografía es de la Iglesia de la Divina Sabiduría o Santa Sofía (en turco Ayasofya), dedicada a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, y que es una de las obras cumbre del arte bizantino. Fue construida del 532 al 537, durante el mandato de Justiniano en Constantinopla (hoy Estambul), capital del Imperio Bizantino (Wikipedia).




Mañana intentaré comentar algunos apuntes sobre la economía turca, a partir de lo que he visto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa la foto! ni en una postal vamos! jejeje, me alegro muxo de q hayas descansado de los examenes y de que lo hayas pasado bien en este paréntesis, ahora a cojer fuerza pa' el último tiron!!!! animo!! jejejej un besote enorme pa un tio genial!^^ (Migue)

Juan Antonio Rueda dijo...

Gracias Migue! Muchos ánimos a tí también, que sin darnos cuenta llegará el verano y con él las vacaciones!

nazareth Heredia Pinto dijo...

Si alguna vez entráis en un cuento y camináis por las mágicas calles de Nunca Jamás, encontraréis rincones insólitos, esquinas únicas, paisajes jamás vistos, olores y sonidos irrepetibles y un sinfín de pequeños detalles que sorprenderán a vuestros sentidos por donde quiera que vuestros pies vayan. Entonces os sentaréis en un banco, con dos mundos tan cercanos y a la vez tan distantes ante vuestra mirada y cerraréis los ojos mientras abrís vuestra vida, vuestra alma y oiréis canciones que saldrán de vuestros adentros y se mezclarán entre esos dos mundos. Luego despertaréis y veréis que no es un sueño, es Turquía.

Juan Antonio Rueda dijo...

¡Qué bonito Nazareth! ¡Me encanta!